La presión ocular es uno de los factores que se mide para descubrir si una persona tiene glaucoma, ya que puede provocar daños al nervio ocular que disminuyen la capacidad de enfocar, pérdida de visión periférica, efecto túnel e incluso pueden provocar la pérdida absoluta de visión.
Evidentemente, no todos los casos de hipertensión ocular desembocan en grandes problemas como el glaucoma, de ahí que sea tan importante acudir con regularidad a tu óptica, centros especializados en salud ocular, ya que a través de medios profesionales se puede establecer el estado del ojo y el tratamiento a seguir, si fuera necesario.
Cuando no hay ninguna anomalía en el ojo, el drenaje de humor vítreo y humor acuoso se filtra en cantidades correctas para que la presión intraocular PIO se pueda regular funcionar sin problemas.
¿Cuándo controlar tu presión ocular?
Para saber si tienes la presión ocular recomendada, puedes acudir a la Óptica Sobrarbe y nuestros optometristas analizarán todo lo referente a la salud de tus ojos. Como los diagnósticos tempranos aumentan las probabilidades de solucionar problemas oculares, te animamos a visitar con regularidad un óptico – optometrista que trabaja junto a tu oftalmólogo para evitar coger tarde la anomalía y que haya que optar por una intervención más invasiva.
Los problemas de hipertensión ocular son más recurrentes en personas mayores de 40 años, y para ellos se recomienda una visita anual para llevar un seguimiento personalizado. Nuestros profesionales evaluarán a lo largo de los años para conocer al detalle la salud de tus ojos.
¿Cómo es el procedimiento de control de presión ocular?
Nuestros ópticos especializados utilizan un tonómetro de aire para medir la presión intraocular. Con él, pueden determinar la tensión que existe en los ojos. Este aparato utiliza aire para evitar el contacto directo con el ojo, y se convierte así en un procedimiento mucho más sencillo y no provoca dolor en el paciente, lo que agiliza el trámite.
Se debe tener en cuenta que esa medición de presión intraocular nos devolverá unos niveles en milímetros de mercurio. Los valores normales suelen estar un rango de entre 11 y 21. Se establece que 4 de cada 10 personas con el nervio óptico dañado no experimentan ningún problema de visión, así que el control de un especialista es fundamental para minimizar la tensión alta.
¿Qué efectos puede tener una presión ocular elevada?
Una de las principales consecuencias de la hipertensión ocular y razón importante para chequearla con regularidad es que muchas veces está relacionada con el glaucoma. Esta enfermedad tiene lugar cuando el drenaje de humor acuoso no es suficiente y al aumentar la presión del ojo se dañan las células nerviosas de la retina.
El glaucoma es más frecuente a partir de los cuarenta años (2%) y sesenta años (14%). De ahí que en Óptica Sobrarbe nuestros optometrístas son profesionales sanitarios especializados a tu disposición para hacer revisiones periódicas y que el impacto de la enfermedad sea menor.
Como su aparición puede ser asintomática, el paciente no es capaz de percibir que está perdiendo visión periférica, así que cobran importancia los exámenes detallados de un óptico para conocer mejor la salud ocular y tomar las medidas que sean necesarias.
Algunos de los signos apreciados en los casos de presión ocular elevada es la incapacidad de enfocar correctamente (visión borrosa) y los ojos pueden estar más rojos de lo habitual. Esto también desemboca en un dolor de ojos y cabeza, que a su vez puede traducirse en náuseas.
Con el fin de reducir la incomodidad y las enfermedades que pueden surgir cuando el paciente tiene hipertensión ocular, contacta con nosotros y te haremos una revisión pormenorizada para que puedas conocer tu verdadero estado de salud ocular.